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Nota de Prensa

En 2013, solo las exportaciones se salvan del estancamiento

Las perspectivas de los líderes empresariales españoles para 2013 son igual de pesimistas de lo que lo fueron para el 2012

Decenas de reformas estructurales, consejos europeos y recomendaciones de organismos internacionales no han servido para restaurar la confianza de las empresas de tamaño medio y grande en el futuro inmediato de la economía española. Según el International Business Report de Grant Thornton para 2013, casi 8 de cada 10 líderes empresariales, el 79%, se declara algo o muy pesimista sobre la evolución de la situación económica de nuestro país en 2013. Se trata del mismo porcentaje obtenido hace un año.

Tan solo un 12% de los encuestados espera que en 2013 comiencen a verse algunas tendencias positivas en la economía nacional.

Con estos datos, España obtiene un índice de confianza empresarial (porcentaje de los que se declaran optimistas menos el de los que se declaran pesimistas) de -67 puntos con los que se sitúa, como viene siendo habitual desde el comienzo de la crisis, en el penúltimo puesto de los 44 países incluidos en el estudio que representan más del 80% de la economía mundial. Sólo los empresarios japoneses superan en pesimismo a los españoles.

Para José María Fernández, director general de Grant Thornton España, “tanto nuestro estudio como la mayoría de previsiones de organismos internacionales predicen un año duro, eso es innegable, pero por primera vez en algún tiempo existen perspectivas de un inicio de la recuperación en un plazo menor a los dos años. Es posible que a lo largo de 2013 se produzcan cambios favorables en nuestro entorno económico como avances en la construcción europea o la superación de la incógnita que suponen las elecciones alemanas, pero creo que a estas alturas ha quedado bastante claro que tenemos que ser nosotros mismos como economía los que nos dejemos de recriminaciones y lamentos, volvamos a creer en nuestro potencial y comencemos a encontrar soluciones.”

Malas perspectivas para el empleo, buenas para la exportación
El pesimismo de los directivos sobre la economía española se traslada también a las perspectivas sobre sus empresas. Así el balance entre los que esperan subidas y los que prevén bajadas en los aspectos clave de sus negocios resulta negativo en beneficios (-15 puntos) y precios de venta (-15 puntos). Las perspectivas sobre facturación resultan algo más positivas (3 puntos) pero sólo en exportaciones se produce una clara diferencia (29 puntos positivos) a favor de quienes creen que aumentarán en 2013. Se trata de una tendencia al alza desde el comienzo de la crisis que ya se está viendo reflejada en la balanza comercial española.

Con estas perspectivas sólo un 17% de las empresas prevé aumentos de plantilla durante este año, pero afortunadamente este dato es 5 puntos superior al registrado en 2012 (12%). La mayoría (57%) cree que conseguirá mantener sus niveles de empleo actuales, pero aún hay un 26% de líderes empresariales que cree que tendrá que realizar nuevos despidos durante los próximos doce meses, un porcentaje tan solo 2 puntos inferior al que se registró para 2012 (28%). “Con estos datos no cabe esperar que se reduzca el paro y únicamente podemos aspirar a que se reduzca el ritmo de destrucción de empleo”, opina Fernández.

Acuciadas por la escasez de demanda, liquidez y financiación
La reducción de la demanda interna sigue siendo uno de los problemas más acuciantes para el 52% de nuestras empresas, frente a un 46% el año pasado. La larga duración de la crisis no hace sino acentuar tanto su alcance como sus efectos. Lo mismo ocurre con el segundo problema en importancia, la escasez de liquidez que preocupa al 49% y sigue en aumento (46% el año pasado), algo muy preocupante puesto que afecta directamente a la supervivencia a corto plazo de las empresas. Muy cerca se sitúa la escasez de financiación a largo plazo, que representa un grave problema para el 46% de los encuestados, el mismo porcentaje que hace doce meses.

Financiación, ni está ni se la espera
Los dirigentes empresariales no esperan buenas noticias sobre el problema de la financiación en 2013. Sólo un 14% prevé una mejora del acceso al crédito, mientras que la mayoría cree que este seguirá igual (39%) o incluso será aún más difícil (46%).

“La vuelta del crédito es una condición necesaria para la recuperación. La falta de financiación para las empresas representa un peligro para la supervivencia de muchas de ellas al tiempo que dificulta las inversiones en internacionalización, I+D y medios de producción que necesita nuestra economía para ganar competitividad y superar la crisis. El tiempo se agota y llega el momento no ya de estimular sino de forzar la apertura del grifo de la financiación”, comenta Fernández.

2012, ¿un año perdido en el camino a la recuperación?
En el plano internacional, aún con niveles de optimismo mucho más altos que en España, se produce también un estancamiento respecto al año anterior. De hecho, la media mundial del índice de confianza empresarial para 2013 tan sólo ha subido 4 puntos porcentuales respecto al año pasado.

Las empresas en países emergentes siguen siendo las más optimistas sobre la evolución de sus economías en 2013, pero las economías tradicionales fluctúan entre la incertidumbre y el escepticismo. Así, el optimismo empresarial en Estados Unidos apenas ha sufrido cambios con un balance negativo de -4 puntos para este año frente al punto positivo registrado en 2012. En la Unión Europea, la media de este indicador tampoco ha avanzado y sigue situada en los -17 puntos, o lo que es lo mismo: el 44% de los empresarios europeos que son pesimistas respecto a 2013 supera claramente al 27% que se declara optimista.

En la Eurozona sólo Alemania y Bélgica mantienen un balance positivo de optimismo empresarial. Sin embargo, las empresas alemanas han reducido 25 puntos su optimismo respecto al año pasado y uno de cada cuatro directivos desconfía respecto a la evolución de su economía en 2013. El resto de países del euro se mantiene en el pesimismo sin apenas cambios respecto a hace doce meses.

“Se diría que las empresas de todo el mundo y particularmente aquellas en economías tradicionales de Europa y Norteamérica, consideran 2012 como un año perdido en el camino hacia la recuperación. Este estancamiento se corresponde con una sensación de parálisis en la toma de decisiones políticas tanto en la UE, donde la lentitud a la hora de adoptar acuerdos vitales para el futuro de Europa se ha hecho patente durante todo el año, como en EEUU, que se ha asomado peligrosamente y hasta el último momento al abismo fiscal y aún no lo ha solucionado definitivamente”, concluye Fernández.