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Nota de Prensa

El pesimismo empresarial cae a niveles de 2009

Para los empresarios españoles, 2012 podría ser tan temible como 2009, cuando la crisis económica mostró toda su crudeza en nuestro país. El barómetro de confianza empresarial de Grant Thornton (resultado de restar al porcentaje de optimistas el de pesimistas sobre la evolución de la economía nacional para los próximos 12 meses) alcanzó en el último trimestre de 2011 los 62 puntos negativos, muy cerca de los 65 puntos negativos con los que las empresas recibieron el año 2009.

Para José María Fernández, director general de Grant Thornton en España, “el otoño ha acabado por confirmar los temores de las empresas. Nuestro estudio, realizado antes de la toma de posesión del nuevo gobierno y del anuncio de las previsiones de caída del PIB, refleja que las empresas ya eran conscientes de que 2012 no sólo no sería el año de la recuperación, sino que sería más difícil que 2011. Los empresarios dan por descontado que el paquete de medidas y reformas que adopte el nuevo gobierno, condición sine qua non para recuperar la confianza de los mercados, significará fuertes ajustes y sacrificios sin duda necesarios, pero cuyos efectos beneficiosos sobre la marcha de la economía no se percibirán en el corto plazo. Además los empresarios ven que las tímidas medidas adoptadas en Europa y la ralentización e incluso recaída de la economía europea no van a traer soluciones del exterior.”

A partir de 2007, momento en que el optimismo hacia las expectativas de evolución de la economía española fue tan positivo y elevado como en la media europea y mundial, los empresarios españoles fueron progresivamente cayendo en una visión muy pesimista sobre la evolución previsible de la economía nacional que, aunque se atenuó ligeramente en los momentos de recuperación económica mundial tras la crisis financiera, estuvo siempre notablemente alejado del optimismo reinante en Europa y el mundo durante el 2010 y primera mitad del 2011.

El International Business Report de Grant Thornton muestra que, en el 4º trimestre de 2011, el 79% de las empresas son algo o muy pesimistas sobre la evolución de la economía española en 2012, frente al 54% en el trimestre anterior, con lo que se interrumpe bruscamente la tendencia a una ligera atenuación del pesimismo.

Las empresas prevén nuevos recortes de empleo

El pesimismo generalizado respecto a la economía española tiene su reflejo en las expectativas sobre la marcha de las propias empresas que dirigen los encuestados, que si bien habían mostrado un tímido repunte en el tercer trimestre, se desploman ahora en indicadores claves como la facturación y los beneficios esperados, así como respecto al empleo.

En este momento son más los que prevén descensos que los esperan aumentos en el empleo que generarán sus empresas (con un balance de -16 puntos), en los precios de venta (-12) y la facturación (-9) y, consecuentemente, en los beneficios (-10).

“Como armas para hacer frente a la situación, las empresas avanzan que tratarán de incrementar sus esfuerzos exportadores y su inversión en medios de producción e I+D+i, aunque también en este trimestre cae la capacidad de hacer frente a estas inversiones, dada la asfixiante restricción del crédito”, comenta José María Fernández.

Fernandez añade, “con unas perspectivas de demanda interna sin visos de mejora en el medio plazo, la exportación es una de las pocas salidas que han encontrado algunas empresas españolas y este impulso exportador ha sido una de las pocas cosas buenas que ha traído la crisis. Sin embargo, la situación de nuestro entorno económico puede significar la ralentización de uno de los pocos indicadores que mostraba una tendencia positiva. Una nueva recesión en la Eurozona es la peor noticia para nuestras empresas, puesto que la contracción de la demanda de nuestros principales clientes en el exterior agudizaría las dificultades acumuladas en cuatro años de crisis y requeriría nuevos ajustes en aspectos como el empleo”, opina José María Fernández.

Especialmente preocupantes resultan las previsiones relativas al empleo. Un 28% de los empresarios prevén recortes en sus plantillas durante 2012 mientras que sólo un 12% se plantea nuevas contrataciones. Se revierte así la tendencia de trimestres anteriores en los que la compensación entre los que se planteaban contratar y los que temían recortes apuntaba, al menos, a una estabilización del desempleo.

Dificultades agudizadas

En el origen de las malas previsiones de las empresas está la agudización de las dificultades a las que se enfrentan. Las más señaladas desde el inicio de la crisis son la reducción de la demanda, la escasez de financiación a largo plazo y la escasez de capital circulante, todas ellas consideradas importantes obstáculos para su negocio por un 46% en el cuarto trimestre de 2011, lo que indica un agravamiento respecto al tercer trimestre.

Los empresarios españoles comparten con el resto de europeos la preocupación por la reducción de la demanda como principal problema. Sin embargo, para las empresas europeas la siguiente dificultad en importancia es la regulación y la burocracia (señalada por el 35%), un tema que inquieta menos a los empresarios españoles (23%), ya que en estos momentos se tienen que enfrentar con otros factores que amenazan radicalmente su nivel de actividad. Otro aspecto que preocupa en Europa, la escasez de personal cualificado, sólo constituye un problema para el 13% de las empresas de nuestro país.

Los alemanes, los únicos optimistas de Europa

En Europa continua el drástico descenso del optimismo empresarial registrado en el tercer trimestre y que ya arroja un balance medio negativo de menos 17 puntos. Alemania, y en menor medida Polonia, son los dos únicos países de la UE en los que el balance de optimismo de los empresarios aún permanece en terreno positivo. En el resto de Europa, incluidos Francia, Italia y Reino Unido, las perspectivas de las empresas tanto para sus propios negocios como para sus respectivas economías nacionales, han sufrido un brusco descenso desde posiciones (confirmadas por los datos de crecimiento) que contemplaban una recuperación gradual durante 2010 y 2011.

Como viene siendo habitual desde el inicio de la crisis, los primeros puestos del ranking de optimismo empresarial de Grant Thornton son ocupados por economías emergentes. Por regiones, Latinoamérica es con diferencia la que cuenta con un mayor porcentaje de empresarios optimistas con países como Brasil, Chile o México entre los más confiados con sus respectivas economías. Perú, que se incorpora este trimestre como el 40º país incluido en el IBR de Grant Thornton, debuta con un segundo puesto en el ranking de optimismo empresarial.

España y Japón siguen, como en los últimos años, en sus puestos de países más pesimistas del mundo, pero en este momento están abundantemente acompañados en los terrenos negativos.