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Desde un punto de vista cuantitativo, el sector de la automoción promueve y genera un empleo de calidad, con un 84% de los contratos indefinidos, dando trabajo a 2 millones de personas y promoviendo la contratación en otras industrias, pues por cada empleo del fabricante, se generan 7,5 puestos en otros sectores. Sin embargo, en este entorno tan cambiante y volátil, es necesario generar un empleo flexible y adaptado a las nuevas necesidades del mercado mediante nuevos planes de estudio o formación continua y profesional.
En este sentido, es clave para mantener la actual competitividad del sector automovilístico español, generar, retener y atraer talento. De hecho, España se coloca en el número 31 del ranking Mundial del Talento y en el 20 a nivel europeo, muy por debajo de países como Alemania o Reino Unido.
Con el fin de conseguir atraer el talento, es clave tanto que la ocupación y el sistema formativo español estén alineados, como que los intereses del capital humano y las necesidades de las empresas coincidan.
El objetivo es claro, mejorar nuestra posición en el ranking para poder competir ante potencias en la industria como puede ser Alemania. Para ello, se debe trabajar en desarrollar capital cualificado y con nociones de tecnología y digitalización
Por otro lado, es necesario también que sector público y privado trabajen conjuntamente en la consecución de este objetivo. En ese marco, las empresas deberían formar parte del diseño de los programas formativos, en especial en los de Formación Profesional y Universidad, con el fin de lograr una cohesión y actualización de los planes de enseñanza, adaptándolos al nuevo mercado laboral. En definitiva, que las compañías manifiesten sus necesidades y los perfiles que demandan, para que los organismos públicos puedan desarrollar planes, en especial de formación, para cubrir dichas necesidades y alcanzar una ventaja competitiva frente a otros países.
Por último, los regímenes especiales de tributación de puestos tecnológicos establecidos en Irlanda o Alemania atraen inversión y capital. Sería importante aplicar bonificaciones o incentivos fiscales para las tecnológicas.
La transición vertiginosa que está experimentado el sector de la automoción, sector ya maduro, hacia una industria más digitalizada, descarbonizada, automatizada y a la vanguardia de la tecnología, con la aparición del vehículo de cero emisiones, demanda nuevos perfiles y formaciones adaptadas y actualizadas, que permitirán una nueva relación con nuestros clientes, permitiendo, además, acelerar esta transición.
Invertir en talento es una necesidad a corto, medio y largo plazo, pues la competitividad del futuro se crea sobre el capital humano de ahora.
Preguntas clave
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¿Qué nuevos perfiles profesionales están relacionados con le vehículo electrificado?
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¿Qué supone la llegada de la Generación Z a la toma de decisiones?
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¿Qué es clave para atraer el talento al sector de la automoción?
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¿Qué es necesario trabajar para mejora nuestra posición en el ranking mundial de la industria?
Formación
Se define la formación para el empleo como el conjunto de instrumentos y acciones que tienen como meta impulsar y extender entre las empresas y los trabajadores ocupados y
desempleados una formación que responda a sus necesidades y contribuya al desarrollo y crecimiento de una economía basada en el conocimiento. Esta formación, debe desarrollar un empleo de calidad y con un alto nivel de cualificación.
En este sentido, la formación será primordial para alcanzar la transformación del sector, permitiendo el desarrollo de nuevos profesionales y puestos de trabajo que sean capaces de cubrir las necesidades del entorno.
Por otro lado, cuando se enfoca esta formación normalmente se cae en el “error fácil” o se desarrolla una formación que no es la correcta. Hay que formar en la adaptación a la transformación al vehículo eléctrico, en su funcionamiento, en el uso de la electricidad, etc. Impartir esta formación como si fuera una “certificación”, algo que ha desarrollado ya Alemania, repartido en 3 niveles según la especialización que se necesite:
- Nivel 1 o Básico: este nivel engloba conocimientos esenciales en relación con el vehículo eléctrico y la nueva movilidad, que permita una información básica al alcance de las personas. En este nivel las personas interactúan con el vehículo eléctrico, pero no necesitan un conocimiento profundo del mismo, ya que las operaciones que realizan en el mismo no son de una profundidad que pueda generar situaciones de riesgo.
- Nivel 2 o Técnico: en este nivel se engloban los perfiles algo más técnicos, pero que no llegan a considerarse especialistas. Por ejemplo, perfiles que para operar en el vehículo tengan que conectar y/o desconectar el circuito eléctrico -como se desconecta un cuadro eléctrico- debido a que las operaciones que van a realizar precisan, por motivos de seguridad, que las baterías no transfieran electricidad al resto del vehículo. Para este tipo de tareas se necesitan funcionalidades y conocimientos técnicos en cuanto al vehículo, si bien no es preciso que sean expertos en electricidad.
- Nivel 3 o Especialista: son formaciones para desarrollar tareas que requieren una mayor especialización y unos conocimientos muy concretos. Implican operaciones relacionadas con las baterías y sus componentes, por lo que requieren un alto nivel de conocimiento de las mismas y de los procesos de seguridad para operar con ellas con todas las garantías. Muchas de estas funciones se están desarrollando hoy en día y requieren perfiles con nuevas competencias en torno al vehículo eléctrico.
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