Evolución IPC

Competitividad y digitalización para afrontar la inflación

insight featured image
En el marco geopolítico actual, profundamente marcado por los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo, además de la crisis energética en Europa, la inflación se ha convertido en uno de las principales inconvenientes para los ciudadanos y el tejido industrial en general. Grant Thornton ofrece los pasos a seguir por las empresas para que puedan hacer frente de manera efectiva los riesgos asociados a este periodo inflacionario.

La inflación ha sido una preocupación constante para las compañías y los ciudadanos en los últimos años, marcada en especial por acontecimientos globales como la Guerra de Ucrania, el conflicto en Oriente Próximo, más recientemente, la crisis energética en Europa, así como las tensiones en la cadena de suministros. Todo ello ha generado un incremento notable en los precios, lo que ha desafiado la estabilidad económica y financiera de muchas organizaciones. En nuestro país, y a pesar de que el IPC ha mostrado cierta disminución desde su pico en julio de 2022, situándose en marzo de 2024 en un 3,2%, y la tasa anual de inflación subyacente en un 3,3%, estos niveles siguen siendo significativos y requieren atención por parte de las empresas para mitigar sus efectos.

Este crecimiento en los precios ha tenido consecuencias negativas en varios aspectos. Por ejemplo, los costes de producción han aumentado, lo cual ha impactado en la rentabilidad de las empresas. La obtención de materias primas se ha vuelto más costosa, con consecuencias relevantes en sectores como la industria manufacturera y la construcción. Además, muchas compañías se han visto obligadas a elevar los precios de sus productos y servicios para mantener su rentabilidad, lo que, a su vez, ha contribuido a alimentar la espiral inflacionaria.

Ante este panorama económico complejo, los bancos centrales reaccionaron con políticas monetarias de enfriamiento, a través de la subida de tipos de interés, lo cual, junto a las medidas puestas en marcha en nuestro país, han logrado contener la escalada de precios, incluso antes que el resto de los países europeos.

Con todo, y pese a la mejora de los últimos meses, la inflación continúa cercana al 3%, por lo que los directivos no han de bajar la guardia. Para hacer frente a esta situación, es necesario que desarrollen estrategias efectivas que les permitan convertir este desafío en una oportunidad para fortalecer su posición en el mercado y mejorar su competitividad. Así, en Grant Thornton hemos identificado una serie de iniciativas clave para que las compañías puedan enfrentar la inflación de manera efectiva y convertirla en una ventaja diferencial.

En primer lugar, las empresas deben identificar y mitigar los riesgos asociados con la inflación, lo cual implica desarrollar planes integrales que involucren a todas las partes de la organización. Para ello, es crucial analizar detenidamente los efectos de la inflación en los costes de producción, la cadena de suministro o los precios de venta, tomando medidas proactivas para minimizar su impacto. Una vez elaborado, el plan deberá revisarse periódicamente para garantizar que evoluciona al ritmo de las posibles amenazas.

En segundo lugar, es recomendable que los directivos lleven a cabo iniciativas que limiten el incremento de los costes externos. Entre ellas se encuentran la renegociación de contratos con proveedores, la exploración de nuevas fuentes de suministro o la optimización de inventarios para minimizar los efectos de la inflación en los costes de producción y operativos.

La externalización de actividades también puede ser una actuación efectiva para reducir costes y mitigar la escasez de mano de obra cualificada. Al asociarse con proveedores de servicios externos que han invertido en tecnología y automatización, las empresas pueden mejorar su eficiencia operativa y reducir su dependencia de recursos internos.

Asimismo, es crucial que las organizaciones segmenten adecuadamente a sus clientes y analicen los costes asociados con cada segmento. Esto les permitirá gestionar activamente su base de clientes durante períodos de inflación y optimizar la rentabilidad de cada segmento, ajustando los precios y los servicios ofrecidos según sus necesidades y preferencias.

La adaptación de la estrategia de precios para reflejar el crecimiento de los costes es otro aspecto clave que los empresarios deben considerar detenidamente, ya que puede entrañar ciertos riesgos. Entre estas medidas se encuentran aumentos graduales, una comunicación transparente con los clientes o la exploración de nuevos planes de fijación de precios que sean capaces de reducir la sacudida de la inflación en la rentabilidad y la competitividad de la compañía.

Además, es recomendable optimizar las estructuras de capital para satisfacer las necesidades en un entorno inflacionario. Por ejemplo, entre las iniciativas se encuentran la búsqueda de capital adicional, la gestión de la deuda de una manera más efectiva o diversificar las fuentes de financiación para atenuar el riesgo financiero asociado con la inflación y los cambios en las condiciones del mercado.

Finalmente, las compañías tienen que centrarse en mejorar la eficiencia y reducir los costes internos mediante la digitalización y la adopción de nuevas tecnologías que optimicen los procesos empresariales. La inversión en este sentido puede ayudar a las organizaciones a mejorar su productividad, reducir los costes operativos y adaptarse de manera más rápida y efectiva a las condiciones del mercado en constante cambio. La eficiencia se ha convertido en una prioridad y la innovación digital es vital para conseguirla gracias a herramientas como la automatización, la robótica o el machine learning.

En resumen, la inflación sigue siendo un desafío importante para las empresas en todo el mundo, pero también puede ser una oportunidad para fortalecer su posición en el mercado y mejorar su competitividad. Al implementar estrategias efectivas para hacer frente a la inflación y convertirla en una ventaja diferencial, las compañías pueden mitigar los riesgos y aprovechar las oportunidades de crecimiento en un entorno económico cada vez más volátil y desafiante.