Entorno Económico

El tejido empresarial valenciano frente a la inflación

Andrés Gurrea
Por:
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El aumento del precio de la energía supone una de las principales preocupaciones de los empresarios de la región, pese a que 1 de cada 2 medianas empresas ve con optimismo el futuro de la economía española
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El alza de la inflación supone el mayor problema al que se enfrenta no solo la Comunidad Valenciana, sino el conjunto de España y de Europa. El aumento de los costes, el precio de la energía y de las materias primas está llevando al límite a muchas empresas de nuestra Comunidad, en especial pequeñas y medianas, que están agotando su resistencia a la subida de los precios, no solo por su magnitud, sino por la dilatación de esta situación en el tiempo.

Pese a ello, la inflación ha conseguido moderarse este mes de octubre como consecuencia del descenso de los precios de la energía y del gas. De esta forma, se ha situado en un 7,2% en la Comunidad, una décima por debajo que la cifra a nivel nacional (7,3%). Estos datos reflejan un descenso consecutivo de la inflación durante los últimos tres últimos meses del año, después de que en julio se alcanzara la tasa más alta desde 1984.

Es por la incidencia que tiene los precios de la energía en el devenir de la actividad económica, que estos constituyen una de las principales preocupaciones de los empresarios valencianos. En esta línea, el último Pulso de la Mediana Empresa, elaborado por Grant Thornton, destaca que para el 36% de los empresarios los precios de la energía limitan el crecimiento de su empresa y un 40% ha visto aumentado los costes ligados al transporte entre un 21 y un 50%. Como maniobra para paliar esta situación, 8 de cada 10 empresas han tenido que renegociar sus contratos con la compañía eléctrica. No obstante, un dato destacable es que 1 de cada 2 empresarios valencianos ven con optimismo el futuro de la economía española, según revela el nuestro informe.

A nivel regional, una de las industrias que más ha sufrido los efectos del aumento de los precios de la energía es la de la cerámica, que tanto caracteriza a nuestra Comunidad. En este sentido, tenemos que tener en cuenta que la industria cerámica es calorintensiva y demanda una gran cantidad de energía para poder producir: el sector sostiene todavía su producción a través de energías fósiles, por lo que el gran incremento de los costes energéticos, que han llegado incluso a triplicar los costes con respecto al inicio de 2021, afecta considerablemente a los márgenes y a la sostenibilidad de la industria.

El sector ha encontrado en la descarbonización una de las posibles soluciones para sortear esta situación. De hecho, a nivel general encontramos que las tendencias de inversión entre las medianas empresas valencianas se enfocan en esta línea: el 41% de las organizaciones de la región tiene previsto aumentar su inversión en sostenibilidad, una cifra que representa 13 puntos más que la media nacional. Otra de las áreas en las que se incrementará la partida presupuestaria son la digitalización o los proyectos de I+D.

No obstante, los esfuerzos de los empresarios valencianos por sobreponerse a los efectos de la inflación han ido en diferentes direcciones. En primer lugar, el 56% de las compañías están llevando a cabo medidas para limitar el aumento de los costes externos, mientras que el 41% de las empresas pretenden colaborar con competidores, organismos e instituciones públicas para reducir los costes, entre otras muchas acciones.

Sin embargo, pese al complicado contexto actual, es esperanzador comprobar que las empresas de la región han sabido mostrar músculo con respecto a la subida de precios, ya que una amplia mayoría de las medianas empresas valencianas (el 79%) han optado por una estrategia de fijación de precios en la que descartan un aumento de sus beneficios. Asimismo, el 44% de los empresarios de la región prevén subir los salarios en línea con el nivel de inflación, mientras que el 15% de los directivos lo subirá en mayor proporción que la inflación; lo que muestra la fortaleza de las compañías valencianas muy a pesar de las circunstancias actuales.

Inmersos en esta situación, una de las llaves que podrían ayudar y contribuir a aliviar la situación económica del tejido empresarial de nuestra comunidad son los fondos europeos, prácticamente inalcanzables para la mayoría de las compañías de la región. En este sentido es muy paradigmático que solo el 15% de las medianas empresas valencianas hayan accedido a la totalidad de los fondos europeos solicitados, mientras que un 18% ha percibido solo la mitad de las ayudas a las que se han presentado. En otra posición se encuentra un 21%, que aún continúa esperando el acceso a estas ayudas.

Con todo ello, para sobreponerse a la situación actual caracterizada por su complejidad e incertidumbre, es primordial fomentar la colaboración público-privada. Solo uniendo esfuerzos el tejido empresarial y la economía regional podrá resistir y salir reforzada ante un futuro aún incierto.