Maite Ballester, Socia Fundadora de Nexxus Iberia Private Equity

“No se trata de poner mujeres por el hecho de serlo, necesitamos que sean excelentes en sus competencias”

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A pesar de llevar casi tres décadas abriéndose camino en un sector – el del private equity – fuertemente dominado por hombres, Maite Ballester Fornés no considera haber sufrido nunca ningún tipo de discriminación negativa por ser mujer. Eso sí, admite haber tenido que romper algún molde. Pero esto siempre le ha parecido, más bien, divertido.

Tras haber trabajado unos años en consultoría, Maite Ballester dio el salto al mundo del private equity a mediados de los 90. Años después llegó a socia responsable de la oficina española del británico 3i Group, donde pasó casi dos décadas. “Fui la primera mujer asociada que reclutaron en toda Europa,” recuerda.

A pesar de los esfuerzos realizados por las empresas del sector, el private equity sigue siendo un entorno muy masculinizado. Datos recientes recopilados de la asociación sectorial europea Level 20 muestran un bajo porcentaje de mujeres tanto entre los puestos de inversión de nivel medio (22%), como en los de nivel superior (10%). “Nos queda un largo camino para llegar, ya no digo a la paridad, sino a un 40% de los cuadros directivos femeninos. En los fondos de private equity y en las medianas y pequeñas empresas es todavía más complicado”.

Tras su salida de 3i Group y un breve período en EY, Maite Ballester pasó a cofundar -junto con otros tres socios- Nexxus Iberia Private Equity, sociedad dedicada a financiar y apoyar empresas en crecimiento, pero ya consolidadas en su mercado. Desde su inicio en 2017, Nexxus ha apoyado a 12 compañías activas en sectores tan diversos como el agroalimentario, la salud o la logística.

Según Maite Ballester, sus hazañas profesionales han sido más una cuestión de coyuntura personal que de género. Concretamente, resulta clave tener una pareja que te apoye. También lo es el entorno profesional directo. “Tuve la suerte de tener un jefe que cuando llegaba el final del día me decía: ¿Oye, y por qué no te vas a casa? Así también me puedo ir yo.” Ayudó mucho en los años de conciliación con niños pequeños.

Obviamente, también lo han sido sus propias cualidades. “Tengo capacidad de interrelacionarme y de construir confianza con los equipos, y con los stakeholders en general,” explica. “Esta confianza se construye con el tiempo y con un delivery constante”, puntualiza.

Sin embargo, Maite Ballester también reconoce que en muchos aspectos ha tenido que jugar según las reglas dictadas por los hombres. “Yo mimeticé mucho a los hombres", explica. “Iba al fútbol con mis clientes y si iban al bar después del trabajo, me iba con ellos.”

De la misma manera, este mimetismo ha influido en su manera de vestir. “Tengo algunas amigas que me preguntan: ¿Y por qué siempre llevas blazer?” Prosigue a modo de explicación: “Tengo la mayor colección de americanas de España. Es como mi uniforme. Parezco la señora Merkel.”

En esos momentos recuerda las declaraciones agridulces de la actriz estadounidense Meryl Streep, en 2017. “Las mujeres hablan el lenguaje de los hombres. Pero los hombres no hablan el de las mujeres,” dijo la estrella de Hollywood en un debate sobre igualdad de género en el trabajo.

Afortunadamente, las cosas están cambiando para mejor. Hoy en día, las mujeres ya no tienen que seguir patrones masculinos, explica Maite Ballester. “Este es el estilo que me ha funcionado a mí. Pero creo que estamos ante un nuevo paradigma social, y el liderazgo basado en los retos y la exigencia ahora tiene que combinarse con mucho más engagement e inclusión.”

Desde Nexxus están haciendo mucho para fomentar que haya una mayor diversidad, en particular de género, en las empresas en las que invierten, tanto a nivel de consejos como de puestos directivos. “De hecho, nos han dado un premio europeo 2021 a la cartera con mayor diversidad de Europa", resalta Maite Ballester.

En su opinión, una de las claves para lograrlo ha sido poder contar con una potente red de contactos. “Esto hace que, para mí y para mis socios, suela ser fácil tener buenas candidatas", apunta. “Al fin y al cabo, no se trata de poner mujeres por el hecho de serlo, necesitamos que sean excelentes en sus competencias y experiencias.”