Lucía Comenge, Presidenta de Grupo Prim

“De muchos hombres se puede aprender un liderazgo femenino. Ellos mejor que nadie saben de lo que una mujer es capaz”

insight featured image
Lucía Comenge Valencia (Madrid, 1986) preside desde hace casi cuatro años una empresa con más de 150 años de historia. Y para ella, mujer de extraordinaria fortaleza, empatía e intuición, no parece que sea una carga pesada, más allá de la que confiere una gran responsabilidad. El proveedor sanitario Grupo Prim es un grupo empresarial de capital privado que cotiza en la Bolsa de Madrid desde 1985, referente dentro del mercado en el suministro de recursos hospitalarios y ortopédicos.

El grupo se halla inmerso en un proceso de transformación desde la llegada de Comenge al cuadro de mandos y la presidenta señala que esa transición ha propiciado que el órgano de decisión haya mutado mucho. Su composición actual es de cinco consejeras y seis consejeros, con la impronta de un cambio generacional relevante, así como en los perfiles por los que destacan. Precisamente, una mezcla de “aptitudes, mucho trabajo y oportunidad” están detrás de su escalada a la alta dirección.

Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense y la Cattolica Sacro Cuore Milán, posee un grado en ESADE Financial Markets. Domina cuatro idiomas, lo que, además de no tener miedo al cambio y haber trabajado fuera de España, son las palancas que la han aupado en su carrera. Tiene una vasta trayectoria en empresas como Conde Nast y del sector jurídico. En 2013 se une a Rexam, en Londres. Saltó a la americana Ball Corporation, en Madrid, y en 2019 es nombrada directora de gestión patrimonial e inversiones en Mendibea y ese mismo año se le designa consejera dominical en Prim.

En ese periplo, la presidenta del Grupo Prim dice haber tomado a mujeres que tiene próximas como referentes, ejemplos que le han enseñado “las claves para entender que se puede lograr un trabajo de liderazgo y la maternidad”, que no son otras que “apoyo y buena cabeza”. Aunque, apunta, en su espejo de influencia siempre ha habido hombres, desde niña. “Diría que de muchos hombres se puede aprender un liderazgo femenino. Ellos mejor que nadie saben de lo que una mujer es capaz. En mi casa, tanto mi padre, marido y hermanos han creído siempre en mí y me han alentado a ser mejor persona profesionalmente”.

Por ello, en la composición del Grupo Prim buscan “los mejores perfiles profesionales” para el negocio y con los stakeholders a los que atañen las decisiones de una compañía con probada historia al servicio de la salud. Comenge sí advierte, no obstante, que “antes era típico encontrar solo hombres para ejercer ciertas funciones y esto ha cambiado”. En lo que no se ha producido una modificación es en la vocación del grupo por velar por sus colaboradores. “Nos gusta decir que somos una familia de familias. Hay que cuidar a las personas y se cuida mejor midiendo por KPIs (indicadores claves de rendimiento) no solo de rentabilidad, resultados, etcétera, sino de los propios valores de la compañía”. “Hay que entender –añade- que hay circunstancias específicas en las vidas de las personas y habrá que comprenderlas y ayudar a que desarrollen su talento”. Un indicador del buen trato que se dispensa a los trabajadores en el Grupo Prim es que su edad media ronda los 50 años.

Lucía Comenge pilota el consejo de administración de Prim, con Jorge Prim como vicepresidente. La presidenta se ha mantenido fiel en su trabajo a “la tenencia de un criterio claro, marcado, basado en un buen estudio y comprensión de las materias”. Un buen líder también es “ejemplo en la organización”.  “Aparte, considero que hay distintos estilos de liderazgo y no solo uno”, manifiesta.

Opina que en los últimos veinte años se ha amplificado la voz femenina al frente de las compañías y una de las razones obedece a que el acceso a la Universidad se produce en igualdad de condiciones. “A los puestos de dirección se presentan un 50-50 entre hombres y mujeres, reseña”. Y hay que buscar a los más preparados.

Uno de los “premios” que lleva a gala es ser patrona de la Fundación Fero, volcada en conseguir recursos para investigar contra el cáncer.