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Por qué las empresas deben actuar desde ya en relación con el Segundo Pilar de la OCDE

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Con el retraso de las fechas de entrada en vigor del Segundo Pilar de la OCDE, puede existir la tentación de postergar su implementación. Pero, dada la necesidad de averiguar cuánto podría aumentar la factura fiscal de cada empresa en el marco del Segundo Pilar y las exigencias de cumplimiento que probablemente someterán a los sistemas a una gran presión, los argumentos para iniciar ya los preparativos son convincentes. Basándonos en el International Business Report (IBR, por sus siglas en inglés) realizado por Grant Thornton y en las aportaciones de nuestros especialistas en fiscalidad y asesoramiento de todo el mundo, a continuación presentamos seis razones por las que las empresas deberían actuar desde ya en relación con el Segundo Pilar.
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«Los gobiernos y los ciudadanos quieren que las empresas paguen los impuestos que les corresponden. Esto afecta al debate del 1 % frente al 99 %, que ha cobrado fuerza a raíz de la crisis financiera mundial y la posterior pandemia de la COVID 19», afirma Vikas Vasal, responsable global de fiscalidad de Grant Thornton International.

«El impuesto mínimo global introducido por el Segundo Pilar de la OCDE es la etapa más decisiva de la respuesta de los responsables políticos a esta presión pública. No solo es significativa la ambición del Segundo Pilar, sino también el consenso internacional que lo rodea, ya que más de 130 países han acordado implementar las nuevas medidas».

 

¿Qué es el Segundo Pilar y por qué es importante?

El Segundo Pilar impone un impuesto de sociedades mínimo del 15 % a las empresas multinacionales (EMN) con una facturación global superior a 750 millones de euros. Como tal, el Segundo Pilar pretende poner fin a lo que Janet Yellen, secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, ha descrito como la «carrera a la baja» de los tipos del impuesto de sociedades en todo el mundo. Para ello, se exigirán impuestos complementarios cuando el tipo impositivo efectivo (ETR) de una EMN en una jurisdicción esté por debajo del umbral del 15 %. El Segundo Pilar dificultaría también minimizar los impuestos registrando los beneficios en jurisdicciones de baja tributación y los costes en jurisdicciones homólogas de alta tributación.

El Segundo Pilar de la OCDE se aplica junto con el Primer Pilar, que exige a las empresas que cumplen los requisitos que se registren y paguen impuestos allí donde crean valor y no solo donde tienen presencia física, incluidas las ventas de comercio electrónico iniciadas fuera de la jurisdicción. Lo más importante es que la facturación necesaria para cumplir los requisitos del Segundo Pilar es muy inferior a la del Primer Pilar (750 millones de euros frente a 20 000 millones de euros), de modo que miles de empresas entrarían en la red.

La cantidad de impuestos que paga cada empresa y dónde los paga podría cambiar con el Segundo Pilar, en algunos casos de forma bastante significativa. La gran pregunta es cuánto y dónde. La única forma de responder a esta pregunta es evaluar el impacto en la empresa concreta. Esto, a su vez, requiere la capacidad de realizar lo que probablemente sea una evaluación compleja de toda la empresa.

 

¿Por qué se está retrasando la incorporación del Segundo Pilar?

Estar de acuerdo en un principio es una cosa, pero incorporar el Segundo Pilar en la legislación nacional y aplicarlo en la práctica es otra. Incluso con las últimas directrices de la OCDE (normas de referencia), existe un margen considerable para introducir variaciones en la interpretación y la implementación en las diferentes jurisdicciones. La complejidad de imponer un tipo impositivo mínimo vinculante a escala internacional en varias jurisdicciones, filiales y subsidiarias se ve acentuada por las prioridades, en constante cambio, generadas por la creciente inflación y la actual situación geopolítica.

 

6 razones por las que las empresas deben actuar desde ya sobre el Segundo Pilar

Con el retraso en la introducción del Segundo Pilar, ¿por qué deberían actuar desde ya las empresas, en lugar de esperar? Una preparación temprana podría traducirse en importantes ventajas competitivas, que van desde el refuerzo de la reputación de la marca hasta una planificación operativa más fundamentada y una mayor comprensión y control de los costes. Por el contrario, no hacer nada podría aumentar los costes y agravar los riesgos.

  1. La fiscalidad en el punto de mira

Con las contribuciones fiscales y la equidad en el punto de mira de la opinión pública, un enfoque de última hora en la implementación del Segundo Pilar podría dificultar la evaluación, la comunicación y la gestión de los posibles riesgos para la reputación en torno a cuántos impuestos paga la empresa y dónde.

  1. Alterará la base de costes

Los participantes en nuestra encuesta IBR esperan que su tipo impositivo efectivo (ETR) aumente un 4,6 % de media. Se trata de una subida sin precedentes, que se suma a las presiones de unos costes que ya de por sí van en aumento.

Dado que los impuestos representan una proporción muy significativa de los costes, es importante realizar previsiones detalladas de las repercusiones jurisdiccionales y en todo el grupo, cómo gestionarlas y cómo empezar a comunicarlas a los consejos de administración, los inversores y otros grupos de interés clave.

  1. Es una tarea de gran envergadura

La mayoría de los participantes en la encuesta confían en poder hacer frente a las exigencias. Pero, como hemos comprobado en nuestro trabajo con diferentes empresas sobre el Segundo Pilar, cuanto más profundizan en los detalles y tratan de aplicar las normas de referencia a sus operaciones particulares, más reconocen la complejidad que representa de la implementación y el cumplimiento continuado. Entre los principales obstáculos figura una nueva declaración fiscal global basada en datos que no se habían recopilado antes (por ejemplo, de cada jurisdicción en lugar de solo de una división).

«Permitir que la planificación y la ejecución de la implementación se desvíen es un riesgo importante, sobre todo si la empresa se ve obligada a dedicar una cantidad enorme de recursos adicionales en un intento de última hora para conseguirlo a tiempo. Lo que también está claro es que confiar en las personas y en las hojas de cálculo para hacer frente a la carga que supone el cumplimiento de la normativa es inviable. La implementación requiere un gran avance en la obtención de datos, la automatización de los procesos y la integración de la fiscalidad en los sistemas de planificación de recursos empresariales, y estos son procesos que llevan tiempo», explica Christina Busch, socia y responsable de fiscalidad internacional de Grant Thornton Alemania.

  1. La reestructuración debe tener en cuenta el Segundo Pilar

A medida que los modelos de negocio cambian y la deslocalización y la reestructuración operativas se aceleran, el Segundo Pilar debe formar parte de la evaluación de escenarios y de la planificación estratégica. De lo contrario, los costes imprevistos podrían hacer fracasar los planes. En el próximo artículo de esta serie analizaremos cuáles son las implicaciones estratégicas del Segundo Pilar.

  1. Los retrasos están creando un vacío de incertidumbre y riesgo

Mientras que algunos países van con retraso, otros se disponen a seguir adelante. En el Reino Unido, la legislación que introduce el Segundo Pilar se aplicará en la próxima Ley de finanzas. En los Países Bajos se ha publicado recientemente un proyecto de ley sobre el Segundo Pilar denominado «Ley del tipo impositivo mínimo de 2024», en el que se invita a los diferentes grupos de interés a realizar aportaciones. Alemania anunció que el proyecto legislativo estuvo disponible en el primer trimestre de 2023 y que estuvo dispuesta a aplicar su interpretación del Segundo Pilar de forma unilateral, en lugar de esperar a un acuerdo entre los demás Estados miembros de la UE.

Cuantas más jurisdicciones vayan por libre, mayor será la incertidumbre y la complejidad de la gestión fiscal en los diferentes mercados en los que opera la empresa. Es posible, por ejemplo, que algunos países impongan un umbral de cualificación para el impuesto mínimo inferior a los 750 millones de euros que marca la norma de referencia de la OCDE. Es importante, por tanto, estar preparados para lo que parece que será un confuso mosaico de diferentes normas nacionales antes de que el Segundo Pilar llene finalmente el vacío.

  1. No hay escapatoria

Las empresas matrices últimas (UPE) de los países que retrasen o decidan no introducir algún tipo de Segundo Pilar seguirían notando el efecto en las decenas de jurisdicciones que sí lo hagan, de modo que se enfrentarán riesgos como litigios fiscales, doble imposición y pleitos.

 

Cómo ponerse al día en lo que respecta al Segundo Pilar

Retrasar los plazos de implementación del Segundo Pilar podría conllevar más riesgos y más trabajo. Actuar desde ya no solo allanará el camino para que la implementación resulte más fluida y rentable, sino también para adoptar un enfoque fiscal más integrado que se incorpore en la estrategia empresarial y fiscal global.

En el próximo artículo de esta serie analizaremos cómo encaja el Segundo Pilar en la reestructuración de los modelos empresariales y operativos en todo el mundo. Completaremos la serie con un plan de acción de cinco puntos que las empresas pueden empezar a poner en práctica desde ya.

El Segundo Pilar debe situarse en primera línea de los planes estratégicos
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