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Nota de Prensa

Las empresas españolas comienzan a recuperar algo de confianza en la economía

El porcentaje de empresas optimistas sobre el futuro de la economía española en el corto plazo sube 17 puntos en el primer trimestre del año y se sitúa en el 29%, el nivel más alto desde el principio de la crisis

Según el estudio, International Business Report (IBR) de Grant Thornton, correspondiente al primer trimestre, el 29% de las empresas medianas y grandes en España se muestra optimista respecto a la evolución de la economía nacional en los próximos 12 meses. Se trata de un porcentaje exiguo si se compara con el 62% de empresas que siguen declarándose pesimistas sobre el futuro económico a corto plazo, pero representa un aumento de 17 puntos respecto al último trimestre de 2012 cuando sólo un 12% se situaba en las filas del optimismo.

Con todo, en un ranking de optimismo empresarial liderado por economías emergentes como Perú, Filipinas, Emiratos Árabes o México, las empresas españolas se sitúan como las segundas más pesimistas de las 44 economías estudiadas, solo superadas en su visión negativa por las francesas.

“Cada vez más empresas creen, o al menos quieren creer, en una vuelta al crecimiento durante 2014, pero existe un consenso generalizado sobre que 2013 será aún un año durísimo”, explica José María Fernández, director general de Grant Thornton.

Mejoran las previsiones para los propios negocios 
“Lo más esperanzador es que el aumento del optimismo entre nuestras empresas no se basa únicamente en la perspectiva de cumplimiento de unas previsiones macroeconómicas sujetas a revisiones, sino que está respaldado por una mejora en las perspectivas a corto plazo para los principales indicadores de sus negocios”, señala Fernández.

Y es que, según los datos del IBR, las empresas esperan, durante los próximos 12 meses, aumentos en aspectos clave como su facturación y sus exportaciones, mientras que se preparan para realizar nuevas inversiones en bienes de equipo e I+D.

Así, un 38% de los encuestados prevé subidas en sus ventas en el corto plazo, superando en 12 puntos al 26% que teme bajadas. Por otro lado y como viene siendo habitual en los últimos años, las exportaciones arrojan un balance (diferencia entre los que esperan aumentos y los que prevén descensos) positivo que alcanza en esta oleada del IBR los 34 puntos.

En cambio, los directivos no son tan optimistas respecto a los beneficios empresariales. Los que esperan un aumento de los mismos sólo superan en un punto a los que prevén un descenso (31% frente a 30%). En todo caso se aprecia una mejoría respecto a los dos trimestres anteriores, cuando la diferencia era de 15 puntos a favor de los pesimistas. Tampoco se esperan aumentos en los precios de venta, ya que la mayoría de las empresas (un 67%) prevé que estos se mantengan como hasta ahora y un 16% se prepara incluso para bajarlos.

Otro de los datos más llamativos del estudio se refiere a las inversiones. La diferencia a favor de las empresas que planean aumentar este capítulo asciende a 30 puntos en el caso de la inversión en medios de producción (frente a 13 en el trimestre anterior) y a 23 puntos (cuatro en la anterior oleada) para la inversión en investigación y desarrollo. Algo que en opinión de Fernández, “debería tomarse como una disposición positiva a reactivar la inversión en el caso de que las cosas mejoraran realmente. De momento la situación de la mayoría de las empresas junto a la persistente escasez de crédito dificultan enormemente la inversión salvo quizá en aquellas compañías más volcadas en la exportación.”

La baja demanda provocará nuevos despidos 
Donde las empresas no ven aún una mejoría es en sus niveles de empleo. Si bien la mayoría, un 55%, espera poder mantener sus plantillas durante los próximos 12 meses, aún hay un 25% de empresas que prevén nuevos despidos en ese periodo, porcentaje superior en 5 puntos al 20% que planea nuevas contrataciones.

Detrás de las malas perspectivas de empleo, se encuentran las dificultades que experimentan las empresas a la hora de crecer o al menos de mantener sus niveles de negocio. En este sentido, un 48% de los encuestados señala la escasez de la demanda como uno de los mayores problemas que afrontan sus empresas. Le siguen el coste de la financiación, señalado por un 39%, y la escasez de liquidez, un grave problema que afecta a un 37% de los encuestados. Baja la preocupación sobre las dificultades de acceso al crédito que han pasado de afectar a un 46% en el trimestre anterior a un 30% en esta edición del estudio.

“Sin duda el mayor reto en el camino hacia la recuperación será romper este círculo vicioso entre baja demanda y desempleo, por el que los altos niveles de paro mantienen el consumo bajo mínimos lo que a su vez provoca más despidos y cierres de empresas. No podremos hablar de verdadera recuperación hasta que vuelva a crearse empleo”, comenta Fernández.

Mejoras en el ámbito internacional 
La ligera mejoría en las perspectivas empresariales españolas coincide con un aumento del optimismo en el resto de las economías mundiales. Así la media mundial del índice de confianza empresarial de Grant Thornton (porcentaje de empresas que se declaran optimistas sobre el futuro de sus economías menos el de aquellas que se muestran pesimistas) ha subido desde los 4 puntos a finales de 2012 a 27 en el primer trimestre de 2013.

Si bien los países emergentes mantienen el optimismo que han venido mostrando durante el transcurso de la crisis, el cambio viene dado por las mejores perspectivas en economías maduras como EEUU, que sube su índice de confianza 35 puntos o Japón, donde el plan económico del nuevo gobierno ha aumentado la confianza empresarial en 68 puntos. Incluso la media de una Unión Europea atenazada por la crisis ha subido desde los 14 puntos negativos hasta unos neutrales dos puntos positivos, impulsada principalmente por el aumento del optimismo empresarial en Alemania y la ligera mejoría en el ánimo de las economías del sur de la eurozona.