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Recuperación de la aviación

El impacto del COVID-19 en la industria de la aviación

La pandemia de COVID-19 ha dado lugar a la adopción de medidas de confinamiento y a restricciones en los desplazamientos en todo el mundo, generando un enorme impacto en la industria mundial de la aviación. Es evidente que los operadores, aeropuertos, arrendadores y empresas auxiliares deben valorar todas las opciones disponibles para sobrevivir.

La pandemia del COVID-19 ha generado una conmoción sin precedentes en la industria mundial de la aviación, dando lugar a flotas de aviones aparcados, aeropuertos vacíos y una fuerte y repentina caída en el número de pasajeros. Y este escenario parece que se mantendrá durante un período de tiempo considerable. Según la IATA (Asociación de Transporte Aéreo Internacional), el número de pasajeros en Europa se desplomó un 97% en junio en comparación con el año pasado. Se prevé que la industria no vuelva a los niveles de actividad de 2019 hasta 2024. Todo apunta a que los efectos de la pandemia en la industria de la aviación serán duraderos, pero ¿cuáles son los desafíos específicos a los que se enfrentan las empresas?

 

Liquidez

Las pérdidas de la industria en todo el mundo podrían superar los 71.000 millones de euros en 2020, a medida que los ingresos se han reducido a la mitad por una combinación de elementos, entre los que se incluyen las medidas de confinamiento, las restricciones a los desplazamientos y las reticencias de los pasajeros. Esto hace que la gestión de la tesorería se convierta en una prioridad para las aerolíneas, los arrendadores y las empresas auxiliares, al tiempo que la incertidumbre constituye un riesgo evidente. En primer lugar, muchas empresas dependen de las ayudas públicas, las cuales terminarán tarde o temprano. En segundo lugar, en vista del temor a nuevos rebrotes y segundas olas en Europa, no es posible predecir con exactitud cuándo se levantarán las restricciones a los desplazamientos.

 

Gastos de explotación

Hasta ahora, la principal estrategia para reducir los gastos de explotación han sido los recortes de personal, ya sea mediante ajustes de plantilla o ERTEs. Pero se trata de medidas temporales que, de hecho, generarán más problemas en el futuro, cuando los operadores traten de reactivar sus operaciones de nuevo, sobre todo con personal más cualificado y de mayor experiencia, que podría ser más difícil de contratar cuando se estabilice la situación.

 

Deuda y reestructuración

En el caso de las compañías aéreas, la deuda acumulada por la propiedad o el arrendamiento de las aeronaves constituye una parte fundamental de sus costes fijos. Un buen número de estas aeronaves no están siendo utilizadas en la actualidad y, en el pasado mes de mayo, algunos operadores europeos apenas operaron entre el 17 y el 38% de los vuelos regulares. En Estados Unidos, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) comunicó un descenso del 96% en el número de pasajeros, registrando el nivel más bajo desde 1954 mientras que, ya en febrero, los operadores de China informaron de un descenso interanual del 71% en el número de vuelos. En este contexto, las empresas están tratando de negociar aplazamientos de pago con los bancos y arrendadores. Los propios arrendadores suelen mantener una deuda de entre el 70% y el 80% en cada una de las aeronaves, y muchos de ellos se encuentran en graves dificultades financieras. Mientras intentan disponer de los fondos, conseguir más financiación o reestructurar la deuda, está claro que será necesario que todos los participantes del mercado adopten medidas y esfuerzos conjuntos.

 

Cambios operativos

Otra de las grandes incertidumbres consiste en definir cómo será la nueva normalidad en la industria de la aviación. A medida que algunas aerolíneas empiezan a registrar algo más actividad, se van adoptando distintos enfoques con respecto a las medidas de distanciamiento social. Operar a una capacidad menor podría no ser viable como estrategia a largo plazo para los operadores más pequeños que tienen reservas de tesorería muy ajustadas. Los arrendadores están tratando de conseguir una mayor resiliencia ante la volatilidad existente en el mercado, al tiempo que es probable que algunas empresas adopten nuevos enfoques con respecto a la gestión de las flotas y sus mecanismos de precios.

La industria de la aviación se enfrenta a un largo camino para la recuperación, y las decisiones que adopten las empresas en los próximos meses serán sumamente importantes.

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