Entrevista

Conversamos con Francisco Bilbao, CFO de Otis Iberia y África

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“El CFO debe adaptarse al cambio y convertirse en un comunicador nato”
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Francisco Bilbao es el CFO en Iberia y África de Otis Elevator, el líder mundial en fabricación, instalación y servicio de ascensores y escaleras mecánicas. Desde esta multinacional de movilidad a la que se incorporó en 2011, y con un foco absolutamente internacional, Bilbao ha asistido en primera línea a la transformación tanto de su empresa como a la suya personal.

En pocos años ha pasado de responsabilizarse del reporte y cumplimiento financiero, la coordinación de las fusiones y adquisiciones y la consolidación en una compañía cotizada, a asumir los galones en el área financiera y en aquellas que dependen de ella, con todo lo que se pide hoy a un CFO moderno. Pero siempre con una prioridad: “Otis es una organización madura en la que, bajo mi punto de vista, lo más importante es el foco hacia los clientes, con una cultura organizativa basada en la ética, la seguridad y la calidad”, apunta Bilbao para empezar. También para el CFO.

Desde su puesto actual, al que ascendió en 2021, este directivo responde ante el comité de dirección, del que forma parte, del buen hacer de los negocios en España, Portugal, Andorra, Gibraltar, Marruecos, Egipto, Sudáfrica, etc., en lo que respecta a la planificación y el análisis financiero, el control y la contabilidad, y la consecución de compromisos financieros, especialmente en Otis Mobility S.A., la filial española que anteriormente era Zardoya Otis.

El primer presupuesto de su quehacer diario es el de la coherencia de aplicar el mismo rigor y exigencia, en especial en el cumplimiento normativo pero también en materia ética, en todos los territorios. “En España, en el resto de Iberia y en África, las leyes son distintas, pero nuestro compromiso es el mismo”, añade. El compliance no es un medio, es un deber que lo impregna todo y que, en palabras de Bilbao, “hay que verlo como una oportunidad, porque si haces las cosas bien vas a ganarte a los inversores, vas a ganar reputación, tendrás más y mejores clientes”.

Toda acción directiva tiene impacto. Bilbao, licenciado en Contabilidad Pública por la Universidad Central de Venezuela y graduado por IESE Business School, es un firme convencido de que los CFOs de hoy en día deben implicarse en el devenir de la empresa en su conjunto, mucho más allá de la mera función financiera. “Sigue siendo imprescindible contar con un perfil técnico y analítico, aunque esto ya no es suficiente, sino que hay que conocer el impacto de cada una de las grandes decisiones y el CFO debe adaptarse al cambio y convertirse en un comunicador nato”, asevera Bilbao.

Hasta convertirse en CFO, Bilbao ejerció distintas responsabilidades, como la de representar al Grupo en el Consejo de Electromecánica Hemen o, a partir de 2017, asumir la subdirección financiera en España. Y fue creciendo dentro de la empresa, adoptando nuevos roles, siempre con una visión transversal. Por ejemplo, en todo lo relativo a la información, la ‘materia prima’ sobre la que se basa la función financiera. ¿Cómo tratarla? ¿Dónde obtenerla? ¿De qué forma sacarle el máximo partido?

“En primer lugar, está la trazabilidad: hay que tener claro de dónde viene la información porque, si no, no sirve de nada lo que hagas después con ella”, apunta Bilbao. Aun así, la recogida de datos por los métodos tradicionales, depurada y tan exhaustiva como sea preciso, no es más que el principio. Hay que añadir nuevas fuentes, “pero siempre manteniendo el control sobre cómo se transmite esa información dentro de la empresa”, añade.

En este sentido, el director financiero de Otis aborda un reto clave: “El CFO tiene que presentar la información de manera fiable, 100% fiel a la realidad, exacta en todos sus extremos y alineada en materia de ESG con la estrategia de la organización”. Bilbao cree que la inteligencia artificial permitirá a todas las empresas contar con información macroeconómica, introducirla en los modelos predictivos y utilizarla para la toma de decisiones.

Esto ya está pasando en las grandes empresas y en algunas de las medianas. El cambio está en marcha y, para abordarlo, urge prepararse con formación y atrayendo al talento, sobre todo de los jóvenes. “No es fácil: la exigencia es máxima y hay que ser capaces de ofrecer resultados al tiempo que se ofrecen planes de carrera, que la gente se sienta bien y pueda crecer”, dice Bilbao. “Nosotros primamos la promoción interna” y tenemos muy claro que no podemos frenar el progreso profesional de los nuestros porque eso sería tanto como perder. Los futuros CFOs tienen que salir de dentro, compartir la misma cultura. “Esto, para cualquier empresa, es ganar”, concluye.