El ecosistema digital se va complicando. Tras el mundo cripto, Blockchain y NFT, ahora llega el metaverso, que alberga las anteriores tecnologías en la realidad aumentada y los avatares. Llegar antes que nadie a estas disrupciones puede ser la catapulta. Ciertamente es un entorno complejo, difícil de entender y en el que la regulación aún brilla por su ausencia. Pero eso no quita que se comience a experimentar, porque lo que está claro es que más pronto que tarde estas tecnologías las utilizaremos de forma habitual.
“Lo más interesante es estudiar qué posibilidades tiene cada una de las compañías para ofrecer esos productos o servicios con respecto a la propia estrategia de la empresa. Qué es lo que podría añadir valor proporcionado criptoactivos. Hay algunas propuestas que al principio suenan extravagantes, pero con el tiempo se ha demostrado que no es así”, señala el socio director de Consultoría y responsable de Cripto y Blockchain en Grant Thornton, Luis Pastor.
Nuestro socio director reconoce que “no es fácil incorporar esta tecnología descentralizada por tu cuenta, pero siempre puedes unirte a ese modelo”. Recuerda que ya son 13 los años en los que se llevan probando los criptoactivos y “están para quedarse, no solo desde el punto de vista de las criptomonedas u otros 'tokens', sino diversificando modelos de negocio de todo tipo de compañías”.
Fidelización, intercambio de productos o servicios, creación de experiencias dentro del mundo de la gamificación en torno a NFT y del metaverso… Las posibilidades de interacción son “verdaderamente potentes” y hay “un montón de posibilidades no solo financieras, sino de generar valor sobre lo que ya existe o mejorándolo”, asevera Luis Pastor.
